Estée coqueteó con convertirse en una actriz, ya que pensaba que "las actrices eran el epítome de la belleza". Incluso se subió al escenario del Cherry Lane Theater de Nueva York un par de años después de tener a su primer hijo, Leonard, quien se sentaba en la parte de atrás del teatro y la miraba mientras ensayaba. Pero al final, con la actuación no logró sentir la satisfacción que logró con sus soluciones para el cuidado de la piel. "Quería ver mi nombre brillar, pero estaba dispuesta a conformarme con ver mi nombre en un frasco".